ORCADAS 20.10: febrero 2010

Hola amigo/a, hoy domingo 21 de febrero me levante a la 11 hs, ya que veniamos bastante a full con las salidas y necesitaba relajarme, ( ya pasaron dos meses de mi partida de casa ), estaba despierto hacia un par de horas, pero escuchaba el viento soplar, silbar, el crujir las chapas del techo y la nieve que pegaba en el vidrio de la ventana. Me quede disfrutando de la cama calentito, pensando en tantas veces que andamos con ese tiempo peludeandola afuera, en pro de cumplir con los proyectos bilogicos. Este titulo " CLIMA EXTREMO", me surge ante una expresion de uno de mis compañeros, daniel, que cuando en la salida de ayer en lancha, vino a ayudarnos a zarpar y metido en el agua con traje anti exposicion, le dijo a su otro compañero de la Armada, Adolfo, no traje la camara, para sacar una foto en el agua helada del mar, en este "clima extremo". Y pensaba recostado en mi cuarto, en cuantas situaciones complejas con el clima y la seguridad, nos desenvolvemos a veces en nuestro trabajo de guarda parques en la Antartida. Sin pretender maximizar o minimizar, percibis que la cara quema del frio, al que en gran parte de las salidas embarcados, las olas que lleguan a mojar la cara haciendo sentir el gusto salado del agua helada y su frio que te sacude. Las manos desnudas ( por realizar maniobras que con guantes se entorpecen ) congeladas a tal grado que lleguan a doler a doler de manera, que tardan varios minutos dentro del guante en atemperarse, o estando durmiendo a la noche, sentir todavia ese dolor del frio, a los cuales se expusieron los dedos desnudos, ante temperaturas unos pocos grados bajo cero en verano, pero mojadas y solo con vientos suaves de unos 30 km/hs, superan los - 15 grados. Hace 20 dias atras, cuando navegando hacia la pinguinera ( por trabajos de dieta con pinguinos barbijos y otros estudios sobre esta especie), nos fallo el motor, debimos buscar la costa. Alli cambiando motor y pretendiendo regresar a la base, por el tiempo que empeoraba y la falta de confiabilidad de estos motores. Salimos navegando nuevamente hacia el centro de la bahia, el mar, que se habia complicado un poco, con ondas-olas de mas de metro y medio, atravesando el oleaje que nos bañaba ola de por medio, y nuevamente falla el otro motor. Mi compañero ( biologo) preocupado pregunta " ahora que hacemos", a lo cual se le respondio regresar a la costa, el motor nos permitio girar y hacer unos metros, luego se detuvo, alli rapidamente tomamos los remos, Jorge y Agustin remaban y nos turnabamos con, los remos y tratando de arrancar el motor, manteniendo el viento en popa. Al cabo de varios minutos de remar, pareciendo que nunca nos acercabamos a la costa, pudimos llegar a la playa no deseada, ya que tenia una rompiente fuerte, que nos demoro la maniobra de retirar el gomon a lugar seguro mas de 1,20 hs. Con Jorge retiramos los motores, tanques de combustible y todo el equipo, para poder alivianar y desagotar la embarcacion que estaba llena de agua, algas, arena-piedra y todo lo que traia cada ola que nos llevaba el gomon de un lado al otro, sin poderlo controlar como deseabamos.Dejandolo luego de un esfuerzo considerable en lugar seguro, poniendo todo el equipo y motores dentro para evitar que el viento lo volara. Desde alli, fuimos hasta el refugio que estaba por suerte a unos 300 metros, a guarecernos, avisando a la base que quedariamos ese dia en el refugio los cuatro tripulantes. Estando totalmente empapados, a pesar de contar con nuestros indispensables trajes anti exposicion, dada la peludeada que nos dio esa playa y el gomon, con agua hasta dentro de las botas, nos quitamos la ropa, la pusimos a secar por sobre el calentador a kerosene y desnudos dentro de unas bolsas de dormir tratando de volver el calor al cuerpo, con nuestras manos debajo de las nalgas para recuperar el calor y la movilidad. Luego de varias horas de descanso durante esa tarde, un plato de arroz caliente y sueño reparador a la noche, emprendimos el regreso a la mañana, ya con mar mas calmo, un poco a motor 10 minutos y el resto a remo 30 minutos, La salida de la costa no fue tan sencilla, a causa de la rompiente, con el gomon de proa al mar, la primer ola grande nos retiro la embarcacion con motor encendido( maniobra con tripulante y pata motor levantada) a la playa, pudimos rapidamente en una segunda ola e intento, salir navegando como los mejores tripulantes de estos parajes. Llegando remando felizmente a la base, trayendo la experiencia de la vivencia y orgullo que pocos trabajos tienen, al sabernos desenvolver tan bien como equipo, en situaciones que pocos sabrian como sobrellevarlas bien, esta es una de las caras de nuestro trabajo como guarda parques en la Antartida, con un clima extremo, el cual merece todo nuestro respeto.

Afectuosamente Julio.